20 mar 2011

¿Lo Sabias?La torre Eiffel cambia de imagen


YA ESTÁ entrada en años, pero no tiene ninguna arruga. Siempre ha estado bien cuidada. Cada siete años le hacen un tratamiento de belleza. Y últimamente ha sido sometida a una dieta de adelgazamiento que le ha dado un aspecto más joven. Verdaderamente lo necesitaba.
Desde su inauguración en 1889, la torre Eiffel ha experimentado muchas desventuras. Sobrecargaron el primer piso al colocarle suelos de cemento, e instalaron antiestéticos puestos y tiendas en los diferentes pisos. Las vigas empezaron a doblarse por el exceso de peso. También se hizo necesario quitar las tuberías de gas que subían a los restaurantes del primer y segundo piso, pues ya no satisfacían las normas modernas de seguridad.
A principios de la década de los ochenta, el Ayuntamiento de París dio carta blanca para que se llevaran a cabo los trabajos de renovación necesarios. Con ello se pretendía devolver a la vieja torre la vida y el prestigio que había tenido, y al mismo tiempo facilitar la debida acogida a los millones de visitantes que recibe todos los años. Al quitarle todas las estructuras superfluas, se la ayudó a “perder peso”: más de mil toneladas. No obstante, la renovación ha permitido añadirle nuevas tiendas, una moderna sala de conferencias, un museo en el que se proyectan cintas de vídeo sobre su historia, una estafeta de correos y restaurantes que hacen honor a su ubicación y ofrecen diferentes clases de comidas para satisfacer a una gran variedad de clientes.
Se ha quitado el viejo ascensor hidráulico que conectaba el segundo y el tercer piso (llevaba turistas desde la mitad de la torre hasta su cúspide). Cuando el clima era muy frío, se hacía necesario suspender su funcionamiento. Como consecuencia, los turistas que visitaban París en invierno muchas veces se sentían desilusionados por no poder subir más arriba de la segunda plataforma. Ahora, cuatro ascensores eléctricos de alta velocidad pueden transportar a los visitantes sin importar cuáles sean las condiciones climatológicas. Además, gracias a ellos, las colas de personas que esperan para subir a la cúspide se han visto considerablemente reducidas.
Hay quienes se lamentan de que debido a las recientes modificaciones que se le han hecho, haya perdido la escalera de caracol que conectaba los pisos segundo y tercero. Pero ha recibido más iluminación. Cientos de reflectores hábilmente colocados realzan su delicada estructura y permiten que por la noche luzca con todo su esplendor.
Este año la torre Eiffel cumple cien años. Aunque su construcción levantó muchas polémicas, actualmente casi nadie querría verla desaparecer del perfil de París. Y es que en todo el mundo sigue siendo el símbolo más famoso de la capital francesa.
[Nota a pie de página]
En 1979 recibió 3.400.000 visitantes, y 4.200.000 en 1987, después de las obras de renovación.
[Fotografías en la página 10]
Millones de turistas gustan de contemplar París a vista de pájaro desde la torre Eiffel

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