Cómo conseguir amigos verdaderos
UN joven llamado Ronny se lamentó así: “Llevo ocho años en la escuela de este distrito, ¡y nunca he conseguido un solo amigo! ¡Ni siquiera uno!”. Puede que a veces a ti también te haya parecido que no sirves para hacer amigos. Pero ¿en qué consisten realmente los amigos verdaderos? ¿Y cuál es el secreto tras conseguirlos?
Un proverbio dice: “Un amigo es siempre afectuoso, y en tiempos de angustia es como un hermano”. Pero la amistad es más que simplemente tener un hombro sobre el cual llorar. Una joven llamada Marvia dice: “A veces un supuesto amigo ve a uno meterse en dificultades y le dice: ‘Vi que ibas por mal camino, pero temí decírtelo’. Pero si un amigo verdadero ve que vas por mal camino trata de advertírtelo antes de que sea demasiado tarde... aunque sepa que te vas a disgustar por ello”.
¿Permitirás que el orgullo te lleve a rechazar a alguien que se interesa tanto en tu bien que te dice la verdad? : “Más se puede confiar en el amigo que hiere que en el enemigo que besa”. Por eso, el amigo que deberías buscar debería ser alguien que pensara rectamente y hablara con franqueza.
Contraste entre los amigos verdaderos y los falsos
“Mi vida es prueba de que no todos los ‘amigos’ ayudan a uno a mejorar”, declaró Peggy, de 23 años. En su adolescencia, Peggy se vio obligada a dejar su hogar. Sin embargo, hizo amistad con un matrimonio: Bill y su esposa Lloy. . “Los meses que pasé con ellos fueron meses de verdadero gozo, contentamiento y paz”, dijo Peggy. Pero decidió asociarse con un grupo de jóvenes que había conocido, y dejó a Bill y Lloy.
Peggy sigue su relato: “Estos nuevos ‘amigos’ me enseñaron muchas cosas: a robar equipo estereofónico, cobrar cheques falsos, fumar marihuana y, finalmente, sostener un vicio de drogas que costaba doscientos dólares (E.U.A.) diarios”. Al cumplir 18 años conoció a un joven llamado Ray, quien le ofreció todas las drogas que quisiera, gratis. “Creí que había resuelto todos mis problemas. Nunca más tendría que engañar ni robar”, pensó Peggy. Pero Ray hizo de ella una mujer pública, una ramera. Peggy al fin huyó de la ciudad y de sus “amigos”El matrimonio la visitaron en su nueva dirección. “Los ojos se me llenaron de lágrimas cuando abracé a aquellas dos mujeres, para sorpresa de ellas —relató Peggy—. Había llegado a odiar la hipocresía de mis anteriores ‘amigos’, pero aquí estaban unas personas sinceras.”
. Lo que más duro se le hizo fue dejar a esos amigos. Por eso, una amiga le recomendó: “En vez de orar para pedir perdón después de haber fallado, ¿por qué no oras antes y pides fuerzas para vencer el deseo de dejar a los supuestos amigos?”. Peggy dice: “Esta sugerencia bondadosa y práctica tuvo resultados positivos. [...] Por primera vez en muchos años me sentí limpia por dentro y supe lo que es tener dignidad”.
La experiencia de Peggy destaca lo ciertas que son las palabras de un buen amigo “El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal”. Peggy dice: “Si no me hubiera apartado de la amistad con las personas que aman a un buen amigo no, habría podido evitar las experiencias que ahora no quisiera recordar”.
Dónde hallar amigos
Busca en ella a jóvenes que no solo digan que tienen amigos, sino que tengan también obras que respalden sus hechos Si no hay jóvenes de esa clase, trata de familiarizarte con amigos mayores que tú. La edad no debe ser barrera para la amistad.
Muestra interés activo en otros
Por ejemplo, un joven llamado David dice que se gana amigos porque “ama a la gente y se interesa en otros”. Añade: “Una de las cosas más importantes es saber cómo se llama la persona. Las personas se impresionan cuando ven que uno se interesa lo suficientemente en ellas como para recordar su nombre. Esto hace que algunas le cuenten a uno una experiencia o le confíen algún problema, y así empieza a crecer la amistad”.
Esto no significa que tienes que ser un extravertido que se luzca dando la mano efusivamente a todo el mundo. Nunca llamó atención a sí mismo ni fue ostentos Lo que atrae a las personas es el interés sincero que uno muestre en ellas. A menudo las cosas más sencillas, como comer juntos o ayudar a alguien a hacer un trabajo, contribuyen a una amistad más estrecha.
‘Cómo escuchas’ Aunque él se refería a la importancia de prestar atención a los dichos del amigo, el mismo principio aplica a hacer amistades. Uno tiene que ser buen oyente si quiere tener amigos verdaderos.
Generalmente el que nos interesemos de verdad en lo que otros digan resulta en que esas personas se sientan atraídas a nosotros. Pero eso requiere que uno ‘vigile con interés personal, no solo sus propios asuntos [quizás por concentrarse en solo lo que uno quisiera decir], sino también, con interés personal, los de los demás.
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